1.- Háblanos de tu último/s libros. ¿Qué ha supuesto para ti? ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo?
Una abuela ejemplar es mi última novela. Ha supuesto una gran satisfacción personal para mí por poner en valor el papel de las abuelas. Es un homenaje a ellas. Petronila se entera que va a ser abuela por una ecografía el día de reyes. Desde ese momento, el lector será testigo de todas las emociones que se van sucediendo y de las relaciones que existen entre todos los miembros de la familia. Porque esta novela trata de eso, de comprender el valor que tienen las relaciones familiares y poner en valor el valor de las abuelas, pilar fundamental de las familias. Quiero destacar que no resta valor que esas abuelas, que antes fueron madres, se sigan preocupando por sus hijos e hijas, porque una madre es una madre. Esta novela también habla de la resistencia, a veces no consciente, a los cambios y de la reacción ante ellos. Y de la necesidad de imponerse, abanderada por la experiencia de los años, ante decisiones cruciales que ya no dependen de ella.
La escribí en dos meses del tirón y luego la estuve reescribiendo un año. Es una novela corta porque siendo escritora novel, prefiero ir poco a poco ante de aventurarme a grandes narraciones. Aún me queda mucho por aprender.
2.- ¿Cuál es el género literario con el que más te identificas? ¿Por qué?
Escribo novela y relato, aunque me identifico más con la poesía porque permite expresar con pocas palabras sentimientos, emociones y un pedacito de nosotros con mayor facilidad que otros géneros. Sin embargo, exige su momento y actualmente no es el mío.
3.- ¿Crees que se cuestiona lo suficiente el canon literario existente actual?
Creo que no. Seguimos inmersos en una sociedad que valora el éxito literario en muchas ocasiones por el halo marketiniano que lo envuelve más que la calidad literaria. Afortunadamente, aún quedamos lectoras con cierto criterio que no nos dejamos convencer por esa literatura de masas.
4.- ¿Cuáles son tus referencias literarias? ¿Y de escritoras?
Tengo muchas referencias literarias porque leo muchísimo y participo en numerosos clubs de lectura. Tengo muchos referentes femeninos de distintas nacionalidades. Por ejemplo, me gusta mucho la literatura francesa: Anna Gavalda, Nathalie Thombon, Katerine Pancol, Annie Ernaux; la italiana, como Natalia Ginzburg (“Léxico familiar”) u otras nacionalidades como Nevirosky (“El baile”). También tengo muchos escritores de cabecera, como Pedro Simón (“Los ingratos”), Luis Landero, Javier Marías (aunque no todas las novelas), Julio Llamazares (“La lluvia amarilla”). Y algunos clásicos como Proust (“Por el camino de Swann”), Heinrich Boll (“Opiniones de un payaso”), John William (“Stoner”), Cartarescu (“Nostalgia”), Amor Towls (“Un caballero en Moscú”). Pero he de reconocer que últimamente leo más a escritoras porque quiero que se haga visible el talento femenino en la escritura, donde, como en otros ámbitos, queda camino por recorrer todavía. Es una de mis formas de reivindicar el papel de las escritoras.
5.- ¿Cuál es el libro que te hubiese gustado escribir?
Cualquiera de Natalia Ginzburg o Katherine Pancol.
6.- ¿Cómo relacionas la lectura con la escritura?
Para mí es fundamental leer para escribir. Solo leyendo mucho creo que se puede llegar a ser un buen escritor. Ahora bien, desde que soy escritora, he descubierto que hay dos formas de leer: por puro placer o para escribir. Leer para escribir supone una mayor consciencia de la técnica literaria que luego puede servirnos a los escritores para aplicar en nuestras obras.
7.- ¿Nos recomiendas alguna de tus lecturas recientes?
La tribu de las mujeres de Choo Waihong, Tierra desacostumbrada de Jhumpa Lahiri y El Proceso de Kafka.
8.- ¿Qué crees que podemos hacer las escritoras para obtener más visibilidad en escuelas, universidades, congresos…?
Escribir, escribir y escribir. Y luego apoyarnos entre nosotras de todas las maneras posibles: leyéndonos, dando a conocer las obras de otras autoras, a través de eventos, presentaciones, redes sociales. Todo aquello que sirva para poner en valor el talento femenino en la escritura.
Para ello, asociaciones como AMEIS hacen un papel relevante porque nos ayudan en esa labor que a veces no nos resulta fácil y que por sí solas no tiene el mismo impacto. Juntas sumamos mucho más.
9.- ¿Qué estabas leyendo mientras escribías este libro o prefieres centrarte en la escritura para que nada te influya?
Generalmente suelo centrarme en la escritura para que nada me influya o bien leer algo que sea completamente distinto. Por ejemplo, durante el proceso de escritura de esta novela, solo leía relatos o poesía.
10.- Describe cómo es tu “habitación propia”, ese lugar o lugares donde sueles escribir.
En mi caso, más que una habitación propia es una habitación ajena porque mi lugar favorito es cualquier rinconcito de una cafetería. De hecho, una de mis aficiones es descubrir cafeterías nuevas, con encanto, esas que te inspiran y que las cafeterías nuevas, con encanto, esas que te inspiran y en las que siempre encuentro un huequito para refugiarme en mi escritura. El olor de la cafetera, el entrar y salir de la gente, el run run de las conversaciones, los pasos de los camareros, todo ello genera una atmósfera que me sirve de inspiración.