1.- Háblanos de tu último/s libros. ¿Qué ha supuesto para ti? ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo?
Oxímoron es mi último libro de microficción y, más que un libro, ha supuesto un proceso, ya que me ha acompañado durante varios años (2013-2022), a través de diversas etapas de mi vida (el doctorado, emigrar, cambios de trabajo…) y en diferentes lugares (Valencia, Suiza, Inglaterra). A través de las múltiples correcciones de este libro, he podido apreciar también cambios en mi escritura: creo que las mismas obsesiones están presentes, pero tienen otra tonalidad. El libro se basa en la figura del oxímoron, que está presente en cada texto con uno o varios ejemplos (Soledad Compartida, Fresca Cicatriz, Desgraciada Dicha…), como un modo de explorar las contradicciones humanas, y lo hermoso que puede surgir de unir dos cosas en principio opuestas.
2.- ¿Cuál es el género literario con el que más te identificas?
¿Por qué?
Con la microficción. Por su belleza y su concisión, por la libertad que otorgan sus textos al fusionar o trasgredir géneros (narrativa, poesía, ensayo), y por la complicidad que ofrece con el lector, que debe participar activamente en la construcción de la historia.
3.- ¿Crees que se cuestiona lo suficiente el canon literario existente actual?
Creo que todavía queda mucho por hacer, pero intento pensar de forma positiva en el futuro, creer que darnos cuenta de esta necesidad puede a la vez aleccionarnos a perseguir la reinvención y re-escritura de los cánones.
4.- ¿Cuáles son tus referencias literarias? ¿Y de escritoras?
Tengo muchas y es muy difícil elegir, pero pensando en microficcionistas mujeres hay que mencionar a Ana María Shua, Pía Barros, Luisa Valenzuela, Julia Otxoa, Dina Grijalva, Lilian Elphick, Karla Barajas y tantas otras. En poesía una de mis referencias es Alejandra Pizarnik, y en novela Milan Kundera.
5.- ¿Cuál es el libro que te hubiese gustado escribir?
Las ciudades invisibles, de Ítalo Calvino.
6.- ¿Cómo relacionas la lectura con la escritura?
Todo empieza con la lectura: es a partir de leer que aprendemos a escribir. Y todo regresa a la lectura, pues incluso al escribir debemos hacerlo como buenos y críticos lectores (especialmente a la hora de corregir), integrando también esa figura del lector, de los lectores, su complicidad y su interacción, en todo lo que creamos.
7.- ¿Nos recomiendas alguna de tus lecturas recientes?
Procuro alternar libros en inglés y en español. En inglés estoy leyendo un libro de no-ficción sobre cómo funcionan las historias y por qué las contamos, se titula Into de woods, de John Yorke, y me está encantando. En español acabo de empezar Terrible ángel, de Carlo Frabetti, y tengo esperando (con muchas ganas) El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tatiana Tibuleac, y en inglés Invisible Women, también no-ficción sobre cómo los datos utilizados para diseñar cosas (por ejemplo los teléfonos móviles) están sesgados hacia los hombres.
8.- ¿Qué crees que podemos hacer las escritoras para obtener más visibilidad en escuelas, universidades, congresos…?
Creo que es fundamental seguir escribiendo, seguir leyéndonos las unas a las otras y apoyarnos, crear comunidad como lo hace por ejemplo AMEIS o en microficción REM, la Red de Escritoras de Microficción. También debemos recordar a las compañeras y compartir con ellas esas posibilidades cuando surgen: invitarlas a participar en talleres, escuelas, universidades, congresos. Por otro lado, la creación y difusión de antologías de autoras femeninas ayuda también a visibilizarnos y a descubrir nuevas voces.
9.- ¿Qué estabas leyendo mientras escribías este libro o prefieres centrarte en la escritura para que nada te influya?
Normalmente cuando estoy trabajando en una obra seriamente procuro pausar las lecturas, dejarlas a un lado temporalmente. Hago esto porque me interesa descubrir mi propia voz, e intento minimizar cualquier contaminación que pueda surgir de lo que estoy leyendo. Sin embargo, mis libros tardan varios años en fraguar, y Oxímoron es el ejemplo más extremo. Entre escrituras y re-escrituras en estos años han sido muchos libros los que he leído, no podría recordarlos todos.
10.- Describe cómo es tu “habitación propia”, ese lugar o lugares donde sueles escribir.
Es un caos. Un bello ordenado caos de libros, libretas, apuntes, objetos, recuerdos, personajes, ropajes, cartas, ventanas, fotografías, colores, pinceles, tinta, papel y sueño.