─Háblanos de tu último/s libros. ¿Qué ha supuesto para ti? ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo?
Sobre mi libro “Tos de perro”. Mi infancia transcurre entre San Sebastián, ciudad donde nací, y Eulate, pueblo navarro origen de mi familia materna, donde pasábamos el verano y la navidad en nuestras vacaciones escolares. Y aunque en los recuerdos infantiles de este libro se entrecruzan las huellas de un duro tiempo familiar de guerra y posguerra, me propuse al escribirlo, hacerlo de un modo en el que las luces y las sombras, la alegría de vivir y la tragedia de los días bárbaros, se entremezclaran con la fábula y la memoria, desde ese espacio mágico de la infancia.
Cuarenta y seis ráfagas de recuerdos que, en su precariedad, se apoyan y complementan con la ficción. Lo vivido macerado a través de la imaginación, grabando el sentimiento del tiempo como metáfora y salvaguarda contra el olvido.
Cuando en el 2015 comenzó a gestarse este libro, tenía claro que no me interesaba en absoluto narrar la literalidad de unos hechos trágicos, sino que debía hacerlo a través de la literatura, es decir ,de la mano de la imaginación. Ya que considero que esa parte esencial de lo que somos, sentimientos y emociones no figuran nunca en los libros de historia, y que siempre como lectora había encontrado el reflejo más profundo e íntimo de una época, a través de relatos y novelas. Una realidad más profunda de sentido.
También la alegría estaría muy presente en la narración como herramienta radical contra la adversidad y como actitud ante la existencia. La alegría, la imaginación, aligerando gravidez en la traducción del mundo, restando plomo al lenguaje a través la vibración de lo poético.
Pero aun teniendo muy claro todo ello, faltaba un tema fundamental para su escritura, qué registro utilizar. Para mí era un verdadero reto, hasta ese momento mi narrativa había transcurrido cómodamente por el microrrelato y el relato breve, dentro de lo que los estudiosos han venido en llamar literatura surrealista dentro de lo fabuloso o fantástico, pero esto era otra cosa, se trataba de la memoria de unos hechos trágicos que atañían directamente a mi familia y que de algún modo también habían marcado mi infancia. Y tras un largo camino de búsqueda que ha durado 4 años, un buen día para mi asombro, se presentó ante mí una voz narradora infantil, la de una Julia de cinco años y que en ese momento muy resolutiva me dijo “lo contaré yo”. Esa voz va creciendo a lo largo del libro hasta la edad adulta acogiendo el testigo de la memoria contra el olvido a través de un lenguaje vital a veces lírico o tras brutal hasta finalizar la narración. Este libro ha sido todo un reto para mí, me gustan los retos, lo no transitado por la costumbre.
─¿Cuál es el género literario con el que más te identificas? ¿Por qué?
En cuanto si hay algún género literario con el que me identifique especialmente. No, ya que en mi caso la creación me lleva a diversas líneas como la poesía, la poesía visual, la narrativa breve, la obra gráfica etc, es decir según me gusta decir según sea la meteorología de mi espíritu, de mi sentimiento y ánimo, tomo una herramienta expresiva u otra y la que tomo en ese instante será la más adecuada para expresar el momento. Pero sí me gustaría resaltar que en la raíz de cuanto hago está la percepción poética de las cosas, en la base de este árbol con diferentes ramas de creación que soy, siempre estará lo poético como un ser y estar en el mundo.
─¿Crees que se cuestiona lo suficiente el canon literario existente actual?
El canon literario existente hoy en día no se cuestiona lo suficiente, ya que en el terreno de la igualdad entre hombres y mujeres, falta reconocimiento adecuado de las escritoras, de las mujeres en general, y no sólo en el campo de la literatura, sino también en otros ámbitos, como el arte la ciencia y todas las disciplinas del conocimiento y sectores sociales, políticos y culturales. Como conclusión diría que odavía la visibilidad de la mujer como autora dentro del canon es muy mejorable.
─¿Cuáles son tus referencias literarias? ¿Y de escritoras?
Por otro lado, mis referencias literarias compondrían una lista larguísima, ya que fui una lectora precoz muy voraz y lo sigo siendo. Creo que además de las lecturas, que son esenciales, mi equipaje cultural lo forman películas. Dentro de mis lecturas, estarían imprescindibles como Virginia Woolf, El Quijote, de Cervantes, Borges, Clarice Lispector, Cortázar, Kafka, Hrabal, Italio Calvino, Irene Nemirovsky, Christa Wolf, Chejov, Dostoyevsky, Monterroso, Isaak Babel, Shulz, Lorca, Hernández, Machado…
─¿Cuál es el libro que te hubiese gustado escribir?
Qué libro me hubiera gustado escribir, realmente los que he escrito. Todos ellos han expresado simbólicamente un instante de mi vida. Soy una jueza muy exigente con la calidad literaria de cuanto hago, entonces estoy satisfecha de cuanto en mi humilde opinión he realizado. No por eso dejo de admirar El Quijote, los cuentos de Chejov o las novelas de Virginia Woolf.
─¿Cómo relacionas la lectura con la escritura?
La lectura es esencial para la escritura, sin lectura no hay literatura, diría más, sin lectura no hay desarrollo del conocimiento, apertura de horizonte mentales y por lo tanto, capacidad analítica ante el mundo con lo cual el ser es mayormente manipulable.
─¿Nos recomiendas alguna de tus lecturas recientes?
“La Marcha Radetzky” de Joseph Roth.Sobre la decadencia del imperio austrohúngaro a través de las diferentes sicologías y avatares de múltiples personajes. La narrativa de los autores del este europeo que admiro Chejov, Dostoyevsky, Nemirovsky; Babel, Gogol, Hrabal… Tienen un algo en común de poderosa e impactante escritura desnuda de retórica, maestros en la descripción exacta de la circunstancia con una concisión admirable, un retrato tanto de individualidades como de la época en que vivieron tejido todo ellos por una profunda observación de la condición humana.
─¿Qué crees que podemos hacer las escritoras para obtener más visibilidad en escuelas, universidades, congresos…?
La mejora de la visibilidad de las escritoras es un largo camino por recorrer, en el que habrá que trabajar conjuntamente desde la unidad, propiciando congresos, encuentros, publicaciones, en una palabra, siendo nosotras mismas la caja de resonancia para nuestra visibilidad.
─¿Qué estabas leyendo mientras escribías este libro o prefieres centrarte en la escritura para que nada te influya?
Soy lectora muy heterodoxa, y durante el año que ha durado la escritura de mi libro “Tos de perro” he leído poesía, ensayo, relato….
─Describe cómo es tu “habitación propia”, ese lugar o lugares donde sueles escribir.
Mi habitación propia, el lugar desde el que escribo, está repleto de carpetas, libros…muy cerca del bosque , hasta mi llegan los sonidos del canto de los pájaros, y las voces de otros vecinos…este estudio forma parte de nuestra pequeña casa, la de mi marido el escultor Ricardo Ugarte y mía, casa que es toda un estudio en realidad, con libros por todas ,podría decirse que en todos sus espacios me siento bien para leer, escribir, eso tiene que mucho que ver con sin duda con la complicidad afectiva y espiritual que tenemos entre ambos.