Lourdes Pinel publica “Mujeres hambrientas”

“Empecé a leer con los oídos, la lectura en mi caso tiene su origen en la escucha”

 

─Háblanos de tu último libro. ¿Qué ha supuesto para ti? ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo?

─”Mujeres hambrientas” explora mi poética. A través de sus doce cuentos, he trabajado los diferentes temas que más me preocupan: el maltrato, tanto a los niños como a las mujeres, la angustia que genera la incertidumbre de no saber qué hay tras la muerte, la belleza y la atrocidad que albergan los monstruos. Sintetiza también todos mis años de trabajo y formación literaria. Yo creo que es una especie de mapa y la base de lo que vendrá después.

─¿Cuál es el género literario con el que más te identificas?

─Aún no lo sé. Después de terminar “Mujeres hambrientas” me puse inmediatamente a escribir una novela que exploraba el mundo que se intuye en este primer libro. Estoy en una fase muy avanzada de trabajo y me doy cuenta de lo importante que es para mí el ambiente en lo que escribo. Paradójicamente, a través de esta novela, he entendido mejor qué es el cuento. Todavía no sé cuál es el género con el que más me identifico, pero empiezo a intuir que, quizá, sea la novela.

─¿Crees que se cuestiona lo suficiente el canon literario existente actual?

─Desde hace varios años, se cuestiona la opresión que sufrimos las mujeres en todos los ámbitos con más fuerza, sobre todo, desde la perspectiva de la violencia. El 8 de Marzo de 2018 supuso un punto de inflexión, y desde ahí se ha retomado el debate del canon literario, o al menos, se ha hecho más visible. Creo que muchas editoriales empiezan a buscar la paridad en sus catálogos. Además, vemos proyectos muy necesarios como el de Ménades Editorial, con un enfoque exclusivamente feminista, que rescata clásicas, que desgraciadamente, en muchos casos son auténticas desconocidas. ¿Si es suficiente? No, por supuesto que no lo es. Tengo claro que somos nosotras las que tenemos que conseguir que algún día lo sea. Me siento muy esperanzada con las mujeres jóvenes, entre ellas, hay extraordinarias escritoras y lectoras.

─¿Cuáles son tus referencias literarias? ¿Y de escritoras?

─Yo creo que empecé a leer por los cuentos que escuchaba a mi abuela y a las mujeres de mi entorno. Quizá, por eso, siempre me he sentido atraída por la literatura sudamericana del boom, en especial, por los autores que exploran lo insólito, porque eso mismo sucede en los cuentos de tradición oral, sobre todo, cuando hay que narrar lo atroz. He leído con fervor a García Márquez, Julio Cortázar y Felisberto Hernández. Aunque una autora que me ha acompañado siempre y a la que vuelvo una y otra vez es Ana María Matute. Mercè Rodoreda es otra escritora que me fascina, en especial sus libros “Mi Cristina y otros cuentos” y “La muerte y la primavera”. Autoras actuales, que me parecen una referencia, son Cristina Sánchez Andrade, y en cuento Samanta Schweblin y Mariana Enríquez. También admiro a Agota Kristof, Herta Müller, Elfride Jelinek, María Peura, Aurora Venturini…

─¿Cuál es el libro que te hubiese gustado escribir?

─Debería decir que el libro que está por venir, pero la verdad es que hay varias novelas que me hubiera gustado escribir. Porque hay libros que te gustan, incluso, que te apasionan, pero que no escribirías. Otros, sin embargo, sí. Por ejemplo, “El gran cuaderno”, de Agota Kristof, o “Ya no pisa la tierra tu rey”, de Cristina Sánchez Andrade.

─¿Cómo relacionas la lectura con la escritura?

─Ya digo que yo creo que empecé a leer con los oídos, la lectura en mi caso tiene su origen en la escucha. Eso evolucionó a la letra impresa, que invita a la reflexión, al recogimiento. Sin eso, no hay escritura. No puedo dejar de leer, y según qué épocas, de releer. La respuesta siempre está en los libros. Cuando tengo dudas técnicas, cuando no sé resolver un problema literario, o cuando, sencillamente, no consigo escribir lo que persigo y asumo que, en ese cuento, no va a poder ser, leo. Siempre leo.

─¿Nos recomiendas alguna de tus lecturas recientes?

─Ahora estoy releyendo. He vuelto a emocionarme con “Aranmanoth” de Ana María Matute y “Las primaveras de Verónica” de Carola Aikin.

─¿Qué crees que podemos hacer las escritoras para obtener más visibilidad en escuelas, universidades, congresos…?

─El objetivo es llegar a los libros de texto, que son los baúles de la memoria académica. Así es cómo se perpetúan los nombres. Para ello, yo creo que es esencial tener confianza en nosotras, estar unidas y tener una agenda común. Quizá asociaciones como AMEIS pueden ser una forma de contribuir a ello.

─¿Qué estabas leyendo mientras escribías este libro o prefieres centrarte en la escritura para que nada te influya?

─Releí los cuentos de Julio Cortázar y Felisberto Hérnandez. También todos los relatos de Ana María Matute, en especial, “Historias de la Artámila”, y en el proceso de escritura descubrí a Samanta Schweblin y Mariana Enríquez.

─Describe cómo es tu “habitación propia”, ese lugar o lugares donde sueles escribir.

─Me gusta escribir en mi casa. Dispongo de una habitación pequeña, pero acogedora, donde tengo un escritorio con un ordenador de sobremesa y mis libros de lectura y de consulta. No necesito mucho más: un poco de tranquilidad, luz ─si es natural, mejor─ y tiempo.

Lourdes García Pinel nace en Madrid (España), en 1973. Se licencia en Ciencias de la Información (rama periodismo) en 1997 y ejerce en diferentes medios de comunicación durante más de quince años. El último lustro, en la división G+J del Grupo Bertelsmann. En 2009 decide dedicarse a la docencia por lo que se diploma en Magisterio, especialidad Educación Infantil y a partir de 2013 trabaja como maestra en colegios públicos de la comunidad madrileña. De manera simultánea, se forma literariamente en diversos cursos y talleres de escritura creativa y de lectura.

Obra

Ha participado en varias antologías de microficción, como ”Habitación 201” y “69: antología de microrrelatos eróticos”, ambas publicadas por la editorial peruana Altazor, así como en “Esas que también soy yo” de la editorial Ménades. También ha participado en diversas publicaciones como “Microficciones” o “Carta Local” de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP).

Ha ganado el I Certamen de microficción “Anika entre libros” y ha resultado finalista en el concurso de cuento de terror “Hijos de Mary Shelley”, así como en el III y IV Certamen Internacional Museo de la Palabra y en el X certamen internacional de microcuento fantástico miNatura.