1.- Háblanos de tu último/s libros. ¿Qué ha supuesto para ti? ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo?

El desorden del azar ha surgido en un momento político en el que la sociedad ha vuelto a polarizarse políticamente de forma similar a lo que ocurre en la España de los setenta. La situación de la llamada pretransición se desenvolvió en un ambiente de clandestinidad donde la oposición al régimen nos llevaba de un lado a otro sin saber exactamente lo que sería de nuestro futuro. De manera muy similar a como hoy vivimos la política. No sé con exactitud cuanto tiempo he dedicado a esta novela pero calculo que un año y medio.

Para mí el libro supone una reflexión sobre cómo se construye la personalidad en una joven que lucha por imponerse a un sistema dictatorial y por contribuir a la democracia.

De forma paralela la historia transcurre con un fondo que podría llamarse realismo mágico. La protagonista se sitúa en algún momento en un raro lugar entre la realidad y la ficción y es ahí donde quiero colocar al lector.

2.- ¿Cuál es el género literario con el que más te identificas?

¿Por qué?

Me identifico con la novela porque me permite navegar por la ficción, imaginar hasta donde mi mente pueda vislumbrar situaciones que desde el ensayo o la historia me estarían vedadas. Así, puedo recrear mundos en los que volcar personajes que podrían cambiar cosas, dar vida a aquello que deseo.

3.- ¿Crees que se cuestiona lo suficiente el canon literario existente actual?

Creo que sí, a diferencia de otros tiempos en los que había un mainstream literario del que no podías alejarte, hoy la creatividad libre nos permite presentar obras literarias que mezclan ficción con ensayo, un lenguaje poético, e incluso creaciones literarias que sirven de base a performances como posibilidades nuevas de creación.

4.- ¿Cuáles son tus referencias literarias? ¿Y de escritoras?

No soy escritora de academia ni de sujeción a cánones preestablecidos, pero pienso que las lecturas te inducen muchas veces a imitaciones de estilo poco consciente, y en ese sentido mis influencias son el resultado de haber leído a escritoras francesas, como M. Duras o la Yourcenar, que recrean mundos interiores de fuerte impronta psicoanalítica, con un compromiso ético potente, pero igualmente me ha influido alguna literatura latinoamericana como la chilena Diamela Eltit y también canadienses como Margaret Atwood o estadounidenses como Joyce Carol Oates.

5.- ¿Cuál es el libro que te hubiese gustado escribir?

Puede que sea este el libro que yo quería escribir, después de las dos novelas anteriores. Conste que lo digo sin chulería, me he encontrado muy a gusto escribiendo esta historia. Mi deseo era poder plasmar la situación en la que una estudiante universitaria, que busca fundamentalmente su identidad, se inserta en un grupo clandestino que igualmente pretende llevar a cabo la hazaña de convertir su país en un estado democrático y maduro como el resto de Europa. Y ambos proyectos chocan con una sociedad cuyos modelos, tanto el personal como el político, con la mentira y la traición que impiden conseguir ninguna de sus dos aspiraciones.

6.- ¿Cómo relacionas la lectura con la escritura?

Pues en este caso concreto de la novela, he necesitado recordar la Granada de entonces, la universidad de la clandestinidad e incluso los detalles de cómo se fabricaban las octavillas, o las medidas de precaución para llegar a las reuniones en los pisos francos, pero en general, la lectura es siempre una fuente de información para la escritura y de hecho puede rastrearse esa influencia en autores concretos. He tenido que documentarme sobre ese periodo porque lo viví de manera tangencial desde una preadolescencia rebelde y poco reflexiva.

7.- ¿Nos recomiendas alguna de tus lecturas recientes?

Yo acabo de leer el libro de Asunción Mateo, Mi vida con Alberti, y el género autobiográfico me parece también muy importante para contextualizar a los autores y sus épocas, pero cualquier novela de Houellebecq o de Ernaux, te proporcionan una tarde feliz al tiempo que aprendes literatura. Una de mis últimas lecturas ha sido Los destrozos de Bret Easton Ellis, me ha parecido deslumbrante.

8.- ¿Qué crees que podemos hacer las escritoras para obtener más visibilidad en escuelas, universidades, congresos…?

Pues yo creo que la literatura, como en su momento ocurrió con la música o con el deporte terminará universalizándose, cuando se sepa que es lo que condiciona el pensamiento. Nos conducimos socialmente por un pensamiento construido que interactúa, y avanza con la palabra escrita. Por eso es importante que conozcamos nuestro entorno a través de la escritura y, desde la infancia, se puede instruir y dar a conocer ese mundo.

9.- ¿Qué estabas leyendo mientras escribías este libro o prefieres centrarte en la escritura para que nada te influya?

Suelo leer mientras escribo en parte para distraer la mente y descansar, pero también porque necesito información sobre los temas de los que escribo. En este caso, he leído ensayos sobre la pretransición y los años de la clandestinidad en la universidad, no solamente de Andalucía sino también de los sindicatos de estudiantes que se formaron en Barcelona a principios de los setenta y que influyeron más tarde en la constitución de los movimientos de los llamados PNNs, profesores sin estabilidad laboral y sindicatos de alumnos.

10.- Describe cómo es tu “habitación propia”, ese lugar o lugares donde sueles escribir. Es un lugar muy común, una mesa de estudio con un sillón cómodo y un ordenador portátil que me permita desplazarme por toda la casa. Solo necesito tener unos cuantos libros alrededor, supongo que para dar consistencia al proceso creativo, aunque puede que se trate solo de una de mis muchas manías a la hora de escribir.

Mati Morata. Andaluza de nacimiento, ha estudiado Magisterio en la Universidad de Málaga. Compagina su trabajo como funcionaria del Ayuntamiento de Mijas, en excedencia, con la escritura de relatos, poesía, guiones y artículos de prensa. Ha participado en Derivas (Ateneo de Málaga, 2023).Su primera novela, La seducción de la sal, publicada en 2011, narra la huida de una protagonista sin nombre. El tiempo de la rabia (Huso, 2021) es la segunda de sus novelas. Su actividad creativa la ha llevado a la realización de dos documentales: Lo que tus ojos no ven y Down on me, ambos de temática social.